Los pinzamientos discales se producen por el exceso de presión sobre la columna vertebral. Si esa presión es muy fuerte el disco intervertebral se desplaza hacia el exterior de la columna empujado por las vértebras y presiona parte de los nervios que pasan a través de la médula espinal… Esto, dependiendo de la zona pinzada, causa dolores en zonas específicas del cuerpo, y hasta dificultades de locomoción, ciática, reuma, etc…

En el caso de las hernias, la presión es aún mayor, hasta el punto que el disco intervertebral se rompe y el líquido gelatinoso alojado en él sale hacia el exterior. La consecuencia habitual es que las vértebras rocen entre si por falta de “protección” y cause mucho dolor.

Si se operan las hernias, pero se sigue ejerciendo el hábito de presionar la columna, se corre el riesgo de que aparezcan nuevas hernias en las vértebras adyacentes cronificando el problema, puesto que no se aborda el problema que causa el hábito de ejercer presión sobre la columna. Es un pez que se muerde la cola.

Descompresión de las vértebras
La Técnica Alexander promueve que el alumno aprenda a dejar por si mismo de ejercer esa presión poniendo énfasis en lo que técnicamente denominamos «propiocepción», o “apreciación corporal fiable”, es decir: si conoces mejor tu cuerpo sabrás hasta dónde lo puedes hacer trabajar, conocerás mejor sus límites y tendrás mucho mayor control. El alumno sabrá mejor si con su cuerpo hace más o menos presiones, cuando y cómo se comprime o si se tensa innecesariamente, etc… Es una manera de aprender a detectar mejor cuando y cómo se ejerce presión sobre el cuerpo para que pueda dejarla de ejercer.

Lamentablemente los profesores de Técnica Alexander no estamos capacitados para «curar» una hernia discal, pero podemos ayudar al alumno a reducir en gran manera la presión que éste ejerce sobre su espalada y al menos hacer que el dolor sea menor, a que recupere su movilidad y, así, mejorar su calidad de vida, sin pastillas ni intervenciones.